Aspecto fundamental en el éxito laboral de los universitarios
La situación económica y social que se vive en todo el mundo ofrece retos cada vez más difíciles de superar, sobre todo en materia de empleo. Situación que ha repercutido significativamente en los egresados universitarios, que día con día buscan opciones laborales que llenen sus expectativas.
El campo laboral y la realidad estudiantil
En este sentido, es importante observar que son pocos los estudiantes que desde la carrera misma buscan darse a conocer en el ámbito laboral que les interesa aunque no les paguen, pero que hacen presencia para aprender. Aquellos que con el fin de perfeccionarse realizan proyectos “por amor al arte” sin que esté de por medio una calificación o un compromiso, simplemente la satisfacción personal.
En el otro lado de la moneda están los otros egresados universitarios que se enfrentan a dos problemáticas fundamentales: o no son contratados por las empresas o no se mantienen en ellas debido a que no desarrollaron durante su formación las competencias y habilidades de pensamiento para resolver problemas.
Incluso, el promedio de calificaciones con que pudieron egresar los estudiantes no resulta muy significativo. De hecho se encuentran en una clara desventaja si los docentes que tuvieron en su carrera únicamente midieron sus conocimientos por su capacidad de memorizar y no promovieron en su proceso de formación la habilidad de resolver problemas. El estudiante puede tener excelentes conocimientos teóricos, pero no saber llevarlos a la práctica.
Las habilidades de pensamiento
Este fenómeno es muy común como lo menciona Betty Edwars en su libro “Aprender a dibujar”: “la mayor parte del sistema educativo está dirigido a cultivar la parte mental, racional y temporal del hemisferio izquierdo del cerebro, dejando olvidado medio cerebro de cada estudiante”, es decir, no se trabaja en desarrollar la otra mitad cerebral en la que se desarrollan las habilidades de pensamiento fundamentales en la resolución de problemas.
Montserrat Conde, en su artículo “¿Qué es y cómo funciona el pensamiento?, señala "que por ello la psicología cognitiva ha basado fundamentalmente sus investigaciones en tres aspectos: el razonamiento deductivo, el razonamiento inductivo y la solución de problemas".
¿A qué se le llama solución de problemas?
Algunos autores han intentado precisar el término, Gagné, por ejemplo, definió la solución de problemas como “una conducta ejercida en situaciones en las que un sujeto debe conseguir una meta, haciendo uso de un principio o regla conceptual”. En términos restringidos, se entiende por solución de problemas cualquier tarea que exija procesos de razonamiento relativamente complejos y no nada más una mera actividad asociativa.
Fases en la solución de un problema
Se considera que habitualmente una persona pasa por tres fases a la hora de solucionar un problema:
- Fase de preparación. Es cuando se hace un análisis e interpretación de los datos que se tienen, si el problema es muy complejo se subdivide en problemas más elementales para facilitar la tarea.
- Fase de producción. Intervienen distintos aspectos entre los que destacan la memoria, que se utiliza para recuperar todos los recursos que estén a nuestro alcance y que nos lleven a una solución eventual.
- Fase de enjuiciiamento. Lo que hace es evaluar la solución generada anteriormente, contrastándola con nuestra experiencia, para finalmente darla como buena o no.
Klausrmeier y Goodwin definen la solución de problemas como la forma más elevada de aprendizaje, pues a partir de este proceso el individuo define nuevas ideas, asimismo es sabido que frente a un problema se requiere, por un lado, el conocimiento de las reglas, y por el otro, de la capacidad para utilizarlas, logrando entonces transferencias de lo aprendido; por lo cual las personas pueden adaptarse al medio ambiente y modificarlo de alguna manera.
Como también lo menciona Quentin de la Bedoyere, el que una persona desarrolle la habilidad de resolver problemas es importante, debido a que el mundo se está convirtiendo en un lugar muy duro para el stablishment y el crecimiento de los negocios, que se manifiesta en quiebras y despidos. El éxito, menciona, será de aquellos que tengan fuerzas de trabajo bien motivadas y que operen con números más reducidos de gente altamente productiva, lo que representa para el egresado universitario no sólo la preparación académica y su correspondiente actualización, sino además el poder plasmar esos conocimientos en proyectos reales que les permitan afinar cada vez más sus habilidades de pensamiento.
El éxito del universitario repercute en sus docentes.
La responsabilidad en la docencia, entonces, debe ir más allá que la impartición de conocimientos. Se deben diseñar estrategias que permitan al estudiante desarrollar habilidades de pensamiento e insertar en las clases ejercicios de solución de problemas que tengan una relación directa con el mundo laboral.
No hay que olvidar que el éxito profesional del egresado universitario repercute de alguna manera en el prestigio de sus docentes.
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